En Diciembre de 2023, realicé esta ruta de senderismo por La Pedriza. Se trata de una sencilla ruta, que arroja grandes vistas sobre la Pedriza Anterior, presidida por el Yelmo (o Peña del Diezmo) y que nos permite llegar a la Cruz del Mierlo, una cruz que marca el lugar dónde, en el S. XIX, un cabrero fue vilmente asesinado por parte de forajidos que frecuentaban estos parajes:
12 KM | 2H 45′ | Media / Alta | 488 M. | > 12 años | Sí | No | No |
Índice
Parking Centro Visitantes La Pedriza
Para realizar esta ruta, dejé el coche en el enorme aparcamiento que hay en el Centro de Visitantes de la Pedriza, justo antes de la barrera que regula el paso a otros parkings más populares para realizar otras rutas, como el de Cantocochino o Quebrantaherraduras:
El acceso a este parking está antes de la barrera de control de acceso, así que no tendrás problemas en realizar esta ruta si por lo que fuera te encuentras el acceso cerrado, si visitas La Pedriza en época de gran afluencia y te encuentras sin poder subir a los otros parkings:
Nada más cruzar la barrera se encuentra el Centro de Visitantes de La Pedriza, por si necesitaras informacción o accesibilidad de las rutas:
Arroyo de Quebrantaherraduras
A la derecha del Centro de Visitantes, nace un sendero que va paralelo al arroyo de Quebrantaherraduras:
Collado del Campuzano
En cómodo ascenso, cruzamos la carretera y llegamos hasta el Collado del Campuzano, donde una barrera impide el paso de vehículos:
Ascenso a la Cruz del Mierlo
Al cruzar la barrera tomamos la pista de la derecha. Se trata de una pista ancha y cómoda que nos va a llevar en contínuo ascenso hasta las cercanías de la Cruz del Mierlo:
La Pedriza se eleva al sur de la Cuerda Larga, con sus dos grandes masas: la Posterior, que culmina en el Alto de Matasanos y la Anterior, con la Peña del Yelmo como máxima cota. En todo este imponente conjunto se intercalan con canchales y roquedos, barrancos, valles, circos…, dando lugar a una de las mayores singularidades de la Sierra de Guadarrama por la espectacularidad y variedad de sus formas:
Por el camino encontrarás rocas de curiosas formas, cómo ésta que llamó inmediatamente mi atención:
Pese a que su elemento dominante de La Pedriza lo constituye la roca desnuda, no por ello se encuentra carente de vida, ya que alberga comunidades muy ricas y específicas de animales y plantas. La Pedriza representa el reino del granito, modelado por las distintas formas de erosión que esculpen formas caprichosas que son únicas en la Sierra de Guadarrama y en el Parque Regional:
Mientras que en la Pedriza Posterior dominan las agujas, torreones y paredes verticales, en la Pedriza Anterior el rasgo dominante es la presencia de domos, canchos y pedrizas. En ambos casos, siempre encontramos multitud de formas sugestivas que han llevado a montañeros y naturalistas a dar nombres propios a los diferentes roquedos: el Pájaro, la Foca, Peña del Yelmo, Cancho Losillo, Cancho de los Muertos, Peña Sirio, las Torres, el Hueso, el Cocodrilo, el Tolmo, la Tortuga y muchos más:
Esta parte de la ruta no tiene ninguna dificultad, más allá de que es todo ascenso, y además arroja bonitas vistas de los alrededores:
Tuve la suerte de encontrarme con un par de pequeños corzos. Los pobres son muy esquivos cuando detectan la presencia humana, con ágiles brincos enseguida se alejan todo lo que pueden:
Fuente del Aculadero
Se ubica a 2’6 km desde el inicio de la ruta. Consta de un caño en la parte inferior más un abrevadero:
Vistas a El Yelmo (o Peña del Diezmo)
Durante toda la subida se aprecian unas vistas increíbles de El Yelmo (1717 m.), el pico más alto de la Pedriza Anterior:
Según cálculos que se han realizado, dentro del domo se podría tallar el monasterio de San Lorenzo de El Escorial a tamaño real. Visto desde el sur se asemeja a un yelmo medieval, objeto del que toma su nombre:
Desvío a la Cruz del Mierlo
A unos 5’6 km desde que hemos empezado la ruta, hay que abandonar la cómoda pista principal y tomar este senderito que sube por la izquierda:
Al principio es bastante estrecho y con abundante vegetación, pero visible en todo momento:
Tras una corta subida, de unos 400 metros, llegamos a una zona con bonitas vistas panorámicas:
En este punto hay que tener cuidado: No tenemos que atravesar la valla que nos vamos a encontrar de frente, sino hacer un giro de 90º y dejarla a nuestra izquierda. Esta valla separa los límites de los términos de Manzanares el Real y Matalpino:
A continuación viene un tramo de unos 500 metros, que puede ser la parte más complicada de orientarse en la ruta, hay que coger un estrecho senderito, que dependiendo de la época del año, puede ser más o menos visible, pero tenemos que tener presente que en todo momento vamos a ir paralelos a la valla que tenemos a nuestra izquierda y muy próximos a ésta.
Por el camino, seguimos teniendo unas magníficas vistas de toda la Pedriza Anterior:
Collado de Valdehalcones
Va a llegar un momento en el que la valla de nuestra izquierda desaparece y nos encontramos con este roquedo. Estamos en las proximidades del Collado de Valdehalcones. Es aquí donde se encuentra la Cruz del Mierlo, para llegar a ella debemos ir a la izquierda (como si atravesaramos la valla que teníamos hasta hace nada a nuestra izquierda) y rodear este roquedo:
Cruz del Mierlo
Siguiendo la base de estas rocas por el lado que da al collado, llegamos en unos pocos metros a las ruinas de un pequeño chozo de pastores adosado a uno de los peñascos, el Chozo o Refugio del Mierlo:
Unos metros más allá se encuentra tendida en el suelo la Cruz del Mierlo, pastor asesinado en este lugar, según la leyenda. Esta elemental cruz, está formada por piedras toscamente labradas, que un compañero colocó en su recuerdo, a pocos metros del chozo que le daba cobijo:
Mierlo, el cabrero
Mierlo era un pastor de La Pedriza del S. XIX, en la época en la que estos lares eran refugio habitual de bandidos de todo pelaje, que atracaban a sus víctimas en los caminos de toda la comarca. Por ejemplo, asaltaban diligencias y correos en el paso de Somosierra y luego huían de la justicia y escondían su botín en La Pedriza.
Las arriscadas piedras de La Pedriza eran el refugio perfecto para estas cuadrillas de bandoleros. Una de ellas, llamada de Los Peseteros, estaba comandada por Barrasa. Éste se volvío cada vez más ambicioso, y dio un paso más allá aparte de asaltar caminantes o diligencias.
Planeó y ejecutó el secuestro de la bella hija de una familia pudiente de Madrid, esperando obtener una suculenta recompensa. Una vez en su poder, confió su custodia a dos de sus hombres, mientras bajaba a Manzanares a resolver unos asuntos:
Aprovechando que Barrasa estaba fuera, uno de los hombres intentó forzar a la joven, lo que desencadenó una disputa entre ambos, lo que acabó con la muerte de uno de ellos.
Al regresar Barrasa y enterarse de lo acaecido, decidió impartir justicia como se aplicaba en este lugar y en ese momento: arrojando al otro hombre por el Cancho de los Muertos, una zona arriscada, ubicada no muy lejos del lugar donde nos encontramos ahora. Al lanzar al vacío al segundo de sus hombres; éste, en el útimo momento, le agarró del tobillo y lo arrastró con él al vacío.
Cuentan que la joven, tras lo sucedido, pudo escapar y desorientada, acabó errando por los intrincados caminos que componen La Pedriza. Es en ese momento de esta historia, donde aparece Mierlo, el pastor de cabras, que se encuentra con la perdida joven y la rescata y logra devolver a Madrid junto a su familia:
Dicen, que sus padres quisieron colmar de riquezas a Mierlo, ofreciéndole incluso trabajo con ellos, pero Mierlo (o Mirlo) vivía muy feliz y tranquilo junto a sus cabras, así que rechazó la oferta y volvió a La Pedriza. No necesitaba nada más para ser feliz.
Al poco de regresar, fue interceptado por otros miembros de la banda, que pensando que había cobrado una recompensa por devolver a la joven junto a su familia o tal vez como venganza por sus compañeros fallecidos, le dieron vil muerte, justo en el lugar dónde tanto tiempo había pasado, junto a su chozo, y exactamente en el lugar donde se encuentra esta cruz en su memoria:
Fue Bernardo Constancio de Quirós quien por primera vez escribió (en 1919) sobre esta historia en la revista Peñalara, la más importante publicación montañera de esa época. En 1920, afirmó haber encontrado la cruz, pero pasaron muchos años, hasta que en 2001, Roberto Fernández Peña, logró dar con ella y divulgó su lugar exacto.
Fuente de las Casiruelas
Bajada al Collado del Terrizo
Al lado de la Fuente de las Casiruelas, se encuentra la pista principal (por la que hemos subido todo el rato hasta que tomamos el desvío a la izquierda por el sendero para subir a la Cruz del Mierlo).
Pero esta vez tampoco la vamos casi a pisar, porque en muy pocos metros hay otro desvío a izquierda que vamos a coger:
Se trata de un descenso de 1’6 km, con algunas partes donde hay que tener más cuidado de resbalones o torceduras, porque hay piedras sueltas.
Hay bastantes puntos donde a nuestra izquierda podemos contemplar al omnipresente El Yelmo:
A los 9 km de comenzar la ruta, llegamos al Collado del Terrizo:
Mirador de Quebrantaherraduras
Seguimos con la ruta, tras pasar el Collado del Terrizo, nos encontramos con otra formación curiosa. A mi ésta me recuerda a la torreta (vela) de un submarino:
Después alcanzamos una zona de picnic, con algunas mesas de piedra a modo de merendero (no podía ser menos en La Pedriza):
A unos 200 metros de la zona de picnic, nos encontramos con el Mirador de Quebrantaherraduras.
Desde esta perspectiva se ve, a nuestra izquierda, la silueta de la Cuerda Larga. En el centro de la panorámica, se observan el valle por donde discurre el río Manzanares y los pinares que ascienden hasta el Circo de la Pedriza Posterior. A la derecha se sitúa la Pedriza Anterior, en cuya base se adivina la Garganta de la Camorza por donde fluye el río Manzanares hasta Manzanares el Real:
Al fondo de la perspectiva podemos observar el Macizo de Cuerda Larga, caracterizado por sus suaves pendientes y morfología alomada, que se extiende desde el Alto de Guarramillas hasta la Najarra. La cuerda Larga alcanza en las dos cumbres de Cabeza de Hierro, la Mayor y la Menor, los hitos más elevados de la Sierra de Guadarrama tras el pico de Peñalara. De esta alineación se desprenden cuerdas de menores altitudes y diversas orientaciones. Discurriendo paralelamente a Cuerda Larga por fas laderas meridionales de Cabeza de Hierro se perfila la Sierra del Francés, apenas destacada del conjunto montañoso circundante:
Por todas estas depresiones fluye el río Manzanares, que nace en el Ventisquero de la Condesa y desciende por el valle, bravío y torrencial durante el deshielo, hasta el Canto Cochino, para proseguir por la Garganta de la Camorza hacia Manzanares el Real. En el fondo del valle, al pie de la Pedriza, el río Manzanares se encuentra estructurado en bosque de galería, nombre con el que se conoce a las formaciones de ribera de estructura longitudinal que flanquean el cauce. Estos sotos o bosques de galería llaman la atención por la exuberancia y frondosidad de su cobertura vegetal y constituyen el hábitat típico de un sinfín de especies animales:
Parking de Quebrantaherraduras
Al lado del mirador, se encuentra el Parking de Quebrantaherraduras, que da servicio a otras tantas rutas de senderismo. Incluso podemos aparcar aquí para realizar esta misma ruta, si lo deseamos:
Bajada al Parking del Centro de Visitantes
Tras cruzar la carretera, nos disponemos a llegar a donde tenemos estacionado el vehículo en el parking del centro de visitantes, seguimos en descenso por una zona mucho más transitada. Son un par de kilómetros desde el Parking de Quebrantaherraduras:
Con esto damos por finalizada esta bonita y asequible ruta, que nos ha permitido rendir homenaje al pobre Mierlo y su desdichada historia, y por el camino hemos disfrutado de unas impresionantes vistas de toda la Pedriza Anterior.